El método Pilates recibe su nombre de su inventor el boxeador y artista de circo (vaya mezcla) “Joseph Pilates”. No podemos decir que sea un alarde de originalidad por su parte, aunque en honor a la verdad, tenemos que agradecer que el inventor no se apellidase Pérez, sería mucho menos glamuroso.
Sabemos que lo has practicado, o al menos intentado, varias veces (y si no lo has hecho, deberías). Admítelo, detrás de esa pose de autosuficiencia y ese discurso de “el pilates es una moda new age de actores y famos@s” solo hay miedo a las agujetas tras la primera clase y a no dar la talla. Con lo primero no podemos ayudarte, pero si con lo segundo.
¿Por qué practicar Pilates?
La filosofía del Pilates es clara, inspirada por los movimientos de los gatos (no hay gato callejero que no esté en forma) y nacida en prisión durante la primera Guerra Mundial, máximo beneficio con mínimos recursos, beneficios como:
Músculos largos y flexibles frente a cortos y rígidos: El/la mazas que tod@s tenemos en mente se compone por músculos visualmente atractivos pero muy dados a las lesiones, más que un cuerpo de acero es de madera. Flexibilizando y equilibrando tu cuerpo es como realmente lo fortaleces, ¿Recuerdas lo que decíamos de los gatos?
Alinea mente y cuerpo: Volvemos a repetir, no es algo new age ni una moda happy flower. A través de la respiración (y con mucho trabajo) alineas columna y pelvis, y de paso, tomas consciencia de tu cuerpo, de cómo se siente y reduces el estrés respirando correctamente ¿No te iría bien reducir el estrés?
Entrena el cuerpo, todo el cuerpo: El entrenamiento convencional tiende a olvidar partes del cuerpo, provocando un desequilibrio que deriva en dolores crónicos. Pese a que el Pilates pone hincapié en la “línea central”: abdominales, espalda, glúteos y muslos, no descuida ninguna parte, tras un par de clases, notarás como te duele todo el cuerpo.
Aprende a moverte: Tener consciencia de tu cuerpo facilita que consigas un rendimiento eficiente en cada una de las acciones que realices, dentro o fuera del aula. Al entrenar tus músculos por grupos, tu cuerpo desarrolla una memoria sobre cómo hacer las cosas sin fatigarse en exceso.
La humildad del Pilates
El Pilates es una auténtica lección de humildad en la que comienzas desde 0, y tienes que admitir los límites de tu cuerpo (tu flexibilidad) y tu mente (vencer el “no puedo”) en cada ejercicio. “Cuando la teoría responsable se prueba a través de la aplicación práctica, sólo se requiere de tiempo para que florezca y se desarrolle”. Con este texto, Joseph Pilates promocionaba su disciplina en 1934 y, hoy en día, sigue vigente ¿Te animas?
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